Ampuku: el masaje abdominal 

Según la disciplina japonesa ampuku, masajear el abdomen puede tener beneficios emocionales y fisiológicos, llegando a aliviar dolores de cabeza y gastritis.

La palabra ampuku significa «el pulso del hara» o «calmar el abdomen» y es un tratamiento corporal que se centra en el hara, el centro energético del cuerpo localizado en el vientre, según las medicinas orientales.

En diálogo con El Tribuno, el profesor Miguel Ángel Ríos, terapeuta de zen shiatsu, destacó que esta técnica puede aplicarse a cualquier edad y en cualquier personas. «Los beneficios para la salud son muchos y se pueden tratar diferentes patologías», sostuvo el terapeuta. 


Ríos destacó que este tratamiento es muy requerido por personas que tienen reuma, artrosis y artritis y que se encuentran con movimientos limitados.

Hay que destacar que antes de someterse a la práctica de estos masajes abdominales se debe buscar un especialistas en esta disciplina. El terapeuta destacó que el primer paso es hacer una diagnóstico del paciente en base a los cincos elementos de la medicina china. De esta forma se trabaja asociando el yin y el yan y el equilibrio justo de las energías. «Una persona que tiene un problema profundo primero debe ser tratada sobre el sistema nervioso. Esto quiere decir que se tiene que tranquilizar para alcanzar su sanación”, destacó Ríos.

El nerviosismo, la falta de tranquilidad y equilibrio trae problemas físicos que alimentan a su vez el malestar. De esta forma se genera un círculo vicioso que debe romperse alcanzando la tranquilidad.

“Si practicamos sobre el paciente el ampuku, los bloqueos del qi básico fluirán, la armonía entre los órganos vitales aumentará, la circulación sanguínea mejorará, los huesos y las articulaciones se harán más flexibles y los músculos menos extendidos, la piel estará más hidratada y el apetito mejorará. La orina y las heces saldrán con mayor facilidad, la fuerza del qi aumentará y la memoria mejorará”, aseguró el maestro Shiansi Ota, de Japón.
La práctica del ampuku tiene dos metodologías, la fisiológica que trata las patologías del cuerpo y la emocional, que se centra en las raíces de esas patologías, manifestadas en los bloqueos internos y las dificultades emocionales.

El ampuku basa su diagnóstico en dos evaluaciones principales: la del abdomen, donde el terapeuta detecta varias condiciones del vientre como el pulso del hara, la tensión, la condición de los órganos internos. La otra evaluación es la de la lectura corporal según los grandes elementos de la naturaleza, que viene de la filosofía y la cultura tibetana.

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