Shiatsu significa “presión con los dedos” del japonés “SHI” es dedo y “ATSU” es presión.
En las sesiones de shiatsu se utilizan los dedos -especialmente los pulgares- y las palmas de las manos para detectar irregularidades, como rigidez de la superficie del cuerpo, y rápidamente corregir o sanar estos problemas.
El shiatsu promueve la prevención y recuperación de una enfermedad estimulando el sistema inmunológico y el poder natural de sanación que las personas ya tienen.
Los orígenes del Shiatsu comenzaron con el TEATE, que significa “manos encima” y que en el vocabulario de hoy también significa “tratamiento”. Desde tiempos remotos, los seres humanos sabían instintivamente que se puede suprimir el dolor poniendo una mano en la zona afectada. Existe un poema japonés antiguo que habla de Sukunahikonakami, el padre de la medicina Japonesa, quien curaba dolencias con sus manos. Estas leyendas son los orígenes de las terapias manuales en todo el mundo.
Efectos del Shiatsu en el organismo
Cada presión que el Shiatsu hace sobre el cuerpo trabaja sobre un área de nuestra piel, un músculo, un tendón, un ligamento, vasos sanguíneos, receptores nerviosos, nervios, vasos linfáticos, ganglios linfáticos, huesos y articulaciones.
Los estímulos recibidos se procesan por el Sistema Nervioso Central (SNC) en última instancia, pero antes a nivel de la médula espinal. En ella existen unos centros nerviosos medulares donde confluyen los nervios que comparten la inervación de piel, músculos, órganos y cualquier otro tejido orgánico. Los estímulos recibidos de cada uno de ellos se procesan en el mismo centro nervioso y la respuesta de éste llega, de nuevo, a cada uno de ellos. Aunque no se conoce exactamente el proceso fisiológico de la acción de la presión de Shiatsu, es probable que tenga mucho que ver con este mecanismo. Además la acción del SNC como integrador de todo el organismo promueve respuestas neuroendocrinas a las presiones que intervienen en el organismo entero.
- La Piel: estimula la circulación de los capilares en los tejidos cutáneos, activa las células dérmicas y vigoriza la secreción de las glándulas sebáceas, manteniendo así la piel tersa, elástica y suave. Estimula la secreción de las glándulas sudoríparas y la eliminación de deshechos por medio de las mismas.
- Sistema Muscular: modula el tono muscular. Mejora la circulación y ayuda a que el ácido láctico (acumulado por el ejercicio y de la degradación incorrecta del glucógeno) sea transportado al hígado, donde se reconvierte en glucosa y flexibiliza los músculos. Influye en el músculo cardíaco y los músculos viscerales a través de la estimulación de los nervios autónomos que los controlan.
- El Sistema Circulatorio: Al presionar sobre los músculos, ayuda a mantener los vasos sanguíneos flexibles ayudando a prevenir el endurecimiento de las arterias y mejora la circulación de retorno en las extremidades inferiores, través del Sistema Nervioso Autónomo (SNA) que ayuda a controlar la tensión arterial y el ritmo cardíaco.
- Sistema nervioso: A través del trabajo de presión (sobre todo en la columna vertebral) el Shiatsu ayuda a modular el SNA. De este modo potencia la capacidad de autocuración del cuerpo humano.
- Sistema endocrino: El Shiatsu ayuda a la regulación neurohormonal e hipotalámica porque el sistema endocrino está relacionado al sistema nervioso
- Sistema digestivo: El trabajo del abdomen, mantiene los órganos y vísceras flexibles. El trabajo sobre el SNA ayuda a equilibrar los procesos digestivos.
- Sistema esquelético: Mantiene las articulaciones en óptimas condiciones. Flexibiliza musculatura y ligamentos y permite una mejor circulación en la zona. Estimula la secreción de líquido sinovial, reduciendo el umbral de fricción.
- Sistema inmunológico: Ligado al funcionamiento del SNA y el equilibrio emocional. Trabajo directo del Shiatsu sobre las zonas conjuntivas de transmisión y modifica la reacciones de un SNA en desequilibrio.